Por Carlos Muñiz Cueto , muchas gracias Carlos

Tania Romero LaMalayerba

Tania Romero no es un nombre, es una sonrisa creativa: un sur en el norte. Con la alegría inundando todos sus proyectos; porque ella te hace chapotear en ellos con la gracia y el humor, porque te levanta el ánimo desde el pincel a la voz. Esta artista en relaciones de amistad, te mira a los ojos, te sonríe, te saluda, te dice algo y, en un relámpago, se disculpa, saluda a otra amistad y vuelve contigo. Vuelve con algo creado a exponernos su canción con los colores de su voz, a hacernos un guiño con sus expresivos cuadros, o a mostrarnos su universo con el brillo de sus gestos. Siempre es su voz o un juego de abalorios hecho, todo él, con todos sus palos: algo que no se sabe si es escultura o simplemente criatura, pero que lo expresa todo, y te aprisiona con sus colores, cantos y alegrías. Porque ella es así, se entrega a todo. A veces, últimamente, todo lo que cocina, se cocina en la cocina. Y si ven alguna de sus obras adecuadamente colgadas donde deben estar, me entenderán sin decir nada más. Sabrán que sus obras pueden ser casi degustadas, absolutamente contempladas por un gourmet. Y es que su creatividad pasa, sin solución de continuidad, de ser un apetecible fino de Jerez que se amanzanilla con sus cuadros, a una manzanilla de San Lucar que se afina con sus palos flamencos. Gracias Tania por tus momentos, tus bellas obras y tus canciones; gracias por tu sonrisa.

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